EL HOMBRE ES EL ÚNICO ANIMAL QUE BEBE LECHE DESPUÉS DEL DESTETE...Y OTRAS LEYENDAS URBANAS.


Introducción

Con cierta frecuencia se recoge en los medios de comunicación, una idea que como ocurre con muchos bulos, se graba profundamente en la mente de las personas y permanece en ella como si fuera verdad, cuando en realidad es falso. Ya lo decía un ministro de Hitler, Göbbels: "una mentira repetida mil veces se convertirá en verdad”. Y esto precisamente lo que está ocurriendo con los lácteos.
La idea en cuestión es atacar los productos lácteos, indicando que los mismos producen intolerancia, alergias, y que en realidad el ser  humano no necesita los lácteos, pues los animales no los toman después del destete y no les pasa nada… al contrario, el hipopótamo y el rinoceronte tienen un esqueleto muy fuerte sin tomar leche y derivados.
Aclararemos en este artículo las razones por las que esta creencia es errónea y por qué es necesario incluir en la dieta una cantidad suficiente de lácteos diariamente, así como las consecuencias que se producen cuando los eliminamos por completo.


¿Para qué hace falta el calcio?

El calcio es un mineral imprescindible para el organismo. En sangre, siempre debe permanecer dentro de unos límites muy estrictos, entre 8,8 y 10,5 mg/dL. El cuerpo humano no permite que se produzcan cambios importantes en estos niveles (lo que se denomina calcemia). El calcio actúan en un sin fin de funciones fisiológicas del organismo, como por ejemplo la contracción muscular, la transmisión nerviosa o la coagulación. Tanto las cifras muy bajas de calcio en sangre como las muy altas, pueden producir complicaciones médicas graves, como por ejemplo arritmias, que pueden ser mortales. En resumen: el calcio debe estar en sangre dentro de unos límites normales, porque de lo contrario, la persona puede morir.


¿Cómo obtiene el organismo el calcio que necesita?

El calcio no puede ser sintetizado, como ocurre por ejemplo con otros principios fundamentales. Si el organismo necesita glucosa, puede obtenerla de las grasas o de las proteínas, por diferentes vías metabólicas. Lo mismo ocurre a la inversa con las grasas y las proteínas. El cuerpo humano se la ingenia para sintetizar lo que necesita a partir de otros principios inmediatos. Pero esto no es posible con el calcio.
No existen rutas metabólicas que permitan sintetizar calcio. El organismo debe obtener el mismo por la dieta y no hay ninguna otra alternativa. Por otra parte, el cuerpo humano cuenta con una gran “despensa” donde acumula el calcio y de donde lo extrae cuando lo necesita, que es el hueso. Un hombre tiene  de promedio de 1 Kg de calcio acumulado en su esqueleto, formando con el fósforo los denominados cristales de hidroxiapatita.
Por lo tanto, no hay ninguna otra manera de obtener el calcio que necesitamos sino por la dieta. Diariamente necesitamos ingerir alrededor de 1200-1500 mg de calcio por los alimentos y la única fuente real de calcio la constituye los productos lácteos.
Fuera de los productos lácteos es difícil obtener calcio y sería necesario por ejemplo tomar 5 latas de sardinas en lata o 2 Kg de espinacas de  para ingresar por la dieta 1500 mg de calcio. En la tabla 1 se recoge el contenido en calcio de algunos alimentos.
En cambio, 1 litro de leche, proporciona alrededor de 1200 mg de calcio, 1 yogur unos 350 mg de calcio y por último el queso, (entre más curado más calcio, pero ojo, también más grasa) es una fuente importante de calcio.

¿ Qué son las pérdidas obligadas de calcio?

Todos los días, el cuerpo humano pierde una cantidad notable de calcio. La mayor parte es por las heces, debido a las secreciones biliares y pancreáticas que contienen calcio y también una cantidad por el riñón, que puede ser de 150-250 mg/día de calcio. Además, puede perderse también calcio por otras vías. En su conjunto, al día puede perderse alrededor de 1000 mg de calcio. Es lo que se llama “las pérdidas obligadas de calcio” y se vana producir independientemente del calcio que se tome por la dieta.
Si la persona no repone esa cantidad, se produce un balance negativo de calcio. Como vimos anteriormente,, el calcio en sangre tiene que mantenerse dentro de unos límites estables, pues al cuerpo le va la vida en ello. Por lo tanto, si se pierde calcio y no se repone, echa mano donde tiene el calcio guardado: del hueso. Y saca todo lo que necesita.
Por eso se ha demostrado hace cierto tiempo que las dietas pobres en calcio se asocian a una mayor prevalencia de osteoporosis, una enfermedad muy frecuente en la que se produce un debilitamiento del hueso, aumentando el riesgo de fracturas por fragilidad.
Una dieta deficitaria en calcio no es la única razón por la que se produce la osteoporosis. Ésta, es una enfermedad en la que intervienen muchas causas: la edad, la edad de la menopausia, el factor genético, la medicación que se toma, además de la ingesta de calcio, pero no cabe duda de que una dieta equilibrada, sana, con abundantes lácteos es beneficiosa para el esqueleto y por ende para el organismo.
En las personas que tengan el colesterol alto, que tengan sobrepeso o sencillamente que no quieran engordar, los productos lácteos que se tomen pueden ser desnatados: tienen la misma cantidad de calcio que lo enteros y solo se diferencia en la grasa.
Por último, queda aclarar por qué lo animales no toman lácteos después del destete. La explicación es muy simple: porque no tienen la inteligencia suficiente para domesticar a las vacas y cabras y de esta manera poder ordeñarlas.

¿Y la intolerancia a la lactosa y las alergias a los lácteos y al gluten?. ¿Y la leche de arroz, de almendras y de castaño indio?

La intolerancia a la lactosa se observa en aproximadamente enter el 20%-40% % de la población española, aunque la severidad de la misma y los síntomas que aparecen es muy variable.. Es una enfermedad relativamente reciente que hace que las personas que la padezcan sufran dolor abdominal, náuseas y diarrea cuando toman leche que contenga lactosa.
Esta enfermedad llamada también hipolactasia adquirida o lactasa no persistente y se debe a la falta de un enzima que se llama lactasa.
El problema tiene una fácil solución. Estas personas pueden tomar leche….. sin lactosa.
La tolerancia al gluten no tiene nada que ver con la leche ni el calcio. Es otro problema completamente diferente. Por último, puede existir una alergia alimenticia a los derivados lácteos diferente de la intolerancia a la lactosa. En estos casos, la leche y derivados debe evitarse y es aconsejable tomar un suplemento farmacológico que contenga calcio y vitamina D diariamente, después de comer pues es cuando el calcio mejor se absorbe.
Finalmente, la llamada leche de almendras o de arroz o de lo que sea, no tienen nada que ver con la leche, que es la sustancia que fabrican los mamíferos para alimentar a sus crías. Ni el almendro, la tabaiba ni ningún otro árbol producen leche. Se trata de un preparado que tiene color blanco y un precio por lo general mas alto que la leche normal. y que no tiene ninguna ventaja alimenticia sobre los verdaderos lácteos.

En resumen

El calcio es un mineral esencial para la vida humana que no puede sintetizarse y que debe tomarse por la dieta. Si no se reponen las “pérdidas obligadas de calcio” que se van a producir todos los días, se producirá un balance de calcio negativo y para impedir complicaciones más graves el organismo extrae todo el calcio que necesita del esqueleto, descalcificándolo.
Es aconsejable tomar diariamente lácteos, enteros o desnatados, dependiendo del peso de las personas y de la existencia o no de obesidad. Como mínimo se debe tomar 2 vasos grandes de leche e ingerir 1-2 yogures. En caso de sufrir una intolerancia a la lactosa puede tomarse leche sin lactosa. Las leches que no son leches (almendras, arroz y similares) pueden tomarse si se desea, pero no son nutritivamente mejores que los lácteos naturales.

 Tabla 1. Contenido en calcio de algunos alimentos

Tamaño de la ración
Alimentos
mg de calcio
1 vaso (200 mL)
Leche entera, semidesnatada o desnatada
250
1 vaso (200 mL)
Leche suplementada con calcio
320
1 envase (125 g)
Yogur normal, bio, frutas, desnatado, cuajada
225
1 trozo (100 g)
Queso de Burgos
300
2 lonchas (50 g)
Queso manchego semicurado, bola
400
2 lonchas (50 g)
Queso Emmental, Edam, Parmesano, Gruyere, manchego curado
550
100 g
Pan banco o integral
30
1 ración
Bollería (2 magdalenas medianas, 1 cruasán, 1 ensaimada, 4 galletas tipo María)
120
1 plato
Espinacas, grelos
150
1 plato (200 g)
Sardinas frescas, boquerones, arenques
100
1 lata
Sardinas en conserva
200
1 ración
5 higos secos, puñado de almendras o avellanas
50


Final: Si desean información adicional sobre el calcio y la osteoporosis pueden solicitarla enviando un correo electrónico a: sociedadcanariadeosteoporosis@gmail.com

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