LA IMPORTACIA DE LA OSTEOPOROSIS. UNA ENFERMEDAD INFRAVALORADA




La osteoporosis es una enfermedad silenciosa pues no produce síntomas de ningún tipo. Es erróneo el pensamiento popular que atribuye los dolores óseos o articulares a la osteoporosis. La osteoporosis no duele. Lo que ocurre, en esta enfermedad, es que se produce una pérdida de la cantidad y de la calidad del hueso que hace que el esqueleto sea más frágil, pero sin producir ningún tipo de sintomatología. La única consecuencia clínica de la osteoporosis es la fractura por fragilidad y entre éstas, la mas grave es la fractura de cadera conocida también como fractura de fémur y la mas frecuente y a menudo infradiagnosticada, la fractura vertebral.

La Fundación Internacional para la Osteoporosis (International Osteoporosis Foundation, IOF) publicó los resultados de un estudio realizado en el año 2010 y, ya entonces hace 10 años, se estimaba que 22 millones de mujeres y 5,5 millones de hombres de la Unión Europea tenían osteoporosis de acuerdo con el criterio diagnóstico de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Asimismo se calculó que cada año se producía de 3,5 millones de fracturas por fragilidad en toda Europa. 620.000 de la cuales eran fracturas de cadera.
Estamos por lo tanto ante una enfermedad muy frecuente, cuyas cifras de prevalencia son incluso superiores a las de la artrosis o la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) y que al menos en comparación con la artrosis, es potencialmente más grave, por las consecuencias que pueden tener las fracturas. Así, se ha visto que en los pacientes que han tenido una fractura de cadera durante la fase aguda de su ingreso en el hospital, la mortalidad puede alcanzar el 10%. No debemos olvidar que la osteoporosis, aunque puede afectar a todas las edades, se manifiesta sobre todo en personas de edad, después de los 50 años y que la edad media de la fractura de cadera, en Gran Canaria, es de 80 años.
El haber sufrido una primera fractura por fragilidad es el principal factor de riesgo para que se produzcan nuevas fracturas en el futuro, lo que se ha llamado “la cascada fracturaria”. Así, varios estudios han puesto de manifiesto que entre el 20%-25% de los pacientes que sufren una fractura vertebral y no reciben tratamiento para ella, tienen una nueva fractura al cabo de un año.
Varias enfermedades se asocian a la aparición de osteoporosis y ser causa de fracturas osteoporóticas como la artritis reumatoide, el hiperparatiroidismo primario o el cáncer. Entre los fármacos que se ha demostrado que incrementan el riesgo de sufrir una fractura por fragilidad figuran los corticoides, ya sean oral o inhalados, los antidepresivos e incluso los denominados inhibidores de la bomba de protones (omeprazol y similares). Curiosamente, este grupo de fármacos se utiliza equivocadamente como protectores gástricos cuando los pacientes toman muchas medicinas, no existiendo ni indicación para ello en su ficha técnica ni ningún estudio científico que avale este pretendido efecto protector.
La prevalencia, estudio, diagnóstico y tratamiento de la osteoporosis y de su complicación, las fracturas por fragilidad, suponen un enorme gasto sanitario, que en su totalidad, ni siquiera se conoce con exactitud. Tan solo disponemos de estimaciones. La mayor parte de los estudios sobre el costo sanitario de la osteoporosis se han realizado calculando el gasto que genera el tratamiento de las fracturas, pero, como afortunadamente, no todas las osteoporosis sufren fracturas, el gasto real es aún mayor. Así, en el informe publicado por la IOF en 2010, se calculó que el costo de la osteoporosis en la UE, incluyendo las intervenciones farmacológicas, fue de 37.000 millones de euros, de los cuales dos tercios se imputaron al tratamiento de las fracturas por fragilidad nuevas. La atención a largo plazo representó el 29 % y la prevención farmacológica solo el 5%. Si se excluye el costo de la prevención farmacológica, las fracturas de cadera representaron el 54 % de los costos.
Nos encontramos, entonces, antes una enfermedad muy prevalente, cuyas complicaciones pueden ser graves, incluso mortales y que genera un enorme gasto sanitario. De ahí la importancia de actuar en todos los frentes sanitarios: preventivos, terapéuticos, incluso educativos, para tratar de contener a esta enorme pandemia que constituye la osteoporosis.
Manuel Sosa Henríquez es catedrático de Medicina de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Responsable de la Unidad Metabólica Ósea del Hospital Universitario Insular.

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